jueves, 1 de octubre de 2009

La ambición del conformista [Completo]



La ambición del conformista



Y acá llegó después de tanto andar, la suerte no la encuentro ni siquiera yéndola a buscar. Perdí todo lo que más quería, por querer aún un poco más; y todavía sigo estando acá. Los recuerdos me alejan tanto que no distingo la realidad, los aromas me saben mal, las flores son puñal, todo es blanco en mi oscuridad.

En la mañana más perfecta del otoño más cálido, desperté sin saber si se trataba de hoy o de ayer. Como cuando uno despierta un día después de cosas que quisiera volver a vivir. Aunque ese no era mi caso, tan sólo quería volver en el tiempo y poderme corregir. Que ambicioso es el humano y que humano he sido, he dejado a medio mundo de lado por conformarme con todo.
Me han enseñado de pequeño a compartir con los demás pero he tratado todo el tiempo de olvidar y en mi afán de lograrlo sólo he conseguido recordar.
En mi memoria aún permanece intacta la imagen de mi rostro espantado en el reflejo de aquella ventana, esa ventana que mostró a mis ojos como mi plan había acabado.
Eran como las nueve de la noche cuando iba camino al lugar pautado, tenía tiempo a favor y viento en contra, pero la ansiedad por culminar lo que hace tiempo había planeado nublaba el vidrio de mi reloj y callaba los pasos sobre el asfalto recién mojado.
La noche anterior había llovido tanto que parecía imposible creer nuevamente en un día soleado, el cielo gritaba a la tierra cada vez con más fuerzas y yo sólo entre velas podía a penas escuchar como mis ojos leían. Me parecía oír un resumen perfecto de mi vida, me parecía ver entre palabras la esencia de lo que fui.
De pronto, las hojas de aquel libro no podían escapar de las gotas de mis ojos ni mis ojos escapar de aquellas hojas. Todo parecía prepararme para lo que al otro día pasaría, eso que una vez empezó diminuto como empiezan las grandes cosas pero que ya no me daría otra salida.
La vez que acepte entrar a esta historia no era nada en este mundo pero ahora si lo soy. Y es por eso que a veces siento que más da, si en esta vida estamos en vida por algo será y se que yo dejaré en la memoria de los que me conozcan algo más que una imagen para olvidar. Esas palabras retumbaron en mí hasta el día que por esa ventana todo aquello lo vi.
Fueron días eternos, gotas infinitas, palabras sin fin, fueron horas incansables, fueron pruebas, fueron errores, fueron iniciativas de finales inciertos, fueron momentos que duraron su existencia, existencia que a medio pronunciar ha dejado de existir.
Tres generaciones han visto mi escribir, mi ambición por culminar una historia sin fin, tres generaciones sintieron curiosidad por conocer mi plan, tres generaciones se debieron conformar con la ambición de un conformista que siempre ha buscado hacernos imaginar.



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© Juxlio

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