No vine a ser lo que esperan de mí,
ni a usar disfraces que el viento rompió.
Traigo las marcas que el tiempo me dio,
y una verdad que no sabe mentir.
Caminé entre espejos buscando mi voz,
en cada reflejo encontré otra piel.
Me cansé de jugar el papel
del que sonríe por miedo al dolor.
Voy a ser mi luz, mi sombra, mi raíz,
la tormenta que arrasa y vuelve a abrir.
No quiero el peso de un mundo que no es,
solo soy lo que ves, sin máscaras.
Dicen que el cambio es dejar de soñar,
pero mis sueños me quieren real.
Prefiero el riesgo de ser mi lugar
a ser un eco de alguien más.
En el silencio aprendí a escuchar
los gritos sordos que hay en mi interior.
Y aunque a veces me gane el temor,
yo elijo arder antes que callar.
Voy a ser mi luz, mi sombra, mi raíz,
la tormenta que arrasa y vuelve a abrir.
No quiero el peso de un mundo que no es,
solo soy lo que ves, sin máscaras.
El que no cae no sabe avanzar,
el que no duda no aprende a mirar.
Y en cada paso que di para atrás
descubrí que el final es volver a empezar.
Voy a ser mi luz, mi sombra, mi raíz,
la tormenta que arrasa y vuelve a abrir.
No quiero el peso de un mundo que no es,
solo soy lo que ves, sin máscaras.
Soy mi refugio y mi tempestad,
mi propia jaula, mi libertad.
Voy a ser, sin miedo a sentir,
la verdad que nació de mí.
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