domingo, 27 de julio de 2025

De té y pan

 

No hay cuadro en la casa con una mención,
pero hay mil recuerdos que gritan su acción.
Es tiempo invertido en cada rincón,
es manos que cuidan sin condición.

Costurera de días que no se estiraban,
chef sin recetas que igual alimentaban.
Maestra de todo lo que da la vida,
compañera de ruta, sostén y guarida.

¿Y qué es dar la vida sin enseñar a andar?
¿Y qué es la infancia sin alguien que sepa estar?
¿Y qué es caerse sin alguien que te sepa levantar?
¿Y qué es el amor sin alguien que lo sepa dar?
¿Y qué es reír, si no es con mamá?

Desde que en su cuerpo latíamos dos,
entendió el milagro, su abrigo nos dio
Y sin un manual, y sin calendario,
hizo lo imposible… 
nos dio mucho más que lo necesario.

Dividida en mil, pero siempre entera,
presente en las malas, realista en las buenas.
Y si la rutina un día quiso hacerla caer,
se puso de pie… y mi ropa volvió a coser.

¿Y qué es dar la vida sin enseñar a andar?
¿Y qué es la infancia sin alguien que sepa estar?
¿Y qué es caerse sin alguien que te sepa levantar?
¿Y qué es el amor sin alguien que lo sepa dar?
¿Y qué es reír, si no es con mamá?

Hoy la veo en modo abuela esta vez,
con nietos que corren y ella de juez.
Sirve su té,  disfruta su pan
alcanza con verla para estar en paz

Me enseñó a escribir, a ganar sin gritar,
a perder sin drama y volver a empezar.
A no rendirme si algo salía mal,
a no hacerle a los demás lo que no me gusta que me hagan.

¿Y qué es dar la vida sin enseñar a andar?
¿Y qué es la infancia sin alguien que sepa estar?
¿Y qué es caerse sin alguien que te sepa levantar?
¿Y qué es el amor sin alguien que lo sepa dar?
¿Y qué es reír, si no es con mamá?


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© Juxlio



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lunes, 21 de julio de 2025

Qué sea verdad

 


Cuanto más deseo, más me pierdo

me siento ajeno dentro de mi cuerpo

tanta calma se vuelve tormento


Camino entre sombras que no dejan huella

mi voz rebota en paredes sin respuesta

Cada paso me aleja del suelo

como si flotar fuera un castigo eterno


Hay un eco que insiste en nombrarte,

aunque cierre puertas en mi memoria.

La verdad se esconde en los pliegues

de algo que ya no sé si fui.


Y me pierdo… y me vuelvo a buscar,

en los restos de un tiempo que no va a volver.

Si aparecés, que sea real,

sin máscaras ni miedos que vuelvan a doler.


La ciudad respira un aire pesado,

luces frías que dibujan mi cansancio.

Sigo mirando ventanas cerradas,

como quien busca un reflejo prestado.


No hay paz en el silencio,

solo ruido en otra forma.

Si mi cuerpo es una cárcel,

mi mente es la fuga y el juicio.

Quiero despertar sin olvidarme

quién fui antes de perderme.


Y me encuentro… o me invento, tal vez,

en la grieta de un sueño que nunca dejé.

Si aparecés, que sea verdad,

que el temblor de tus ojos desnude mi ser.


más deseo… más me pierdo…

calma que enloquece…

ajeno en mi reflejo…

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© Juxlio


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